Parece que todos nos esforzamos por lograr aquello que mas deseamos, como es lógico. Ponemos todo nuestro empeño para conseguir ese trabajo, ese trofeo... pero no nos damos cuenta de los detalles que vamos viviendo mientras intentamos conseguir ese único objetivo. Y si te paras a pensar, cada detalle que te hace sonreír es quizá tan importante como aquello que tanto esperas.
Cuando consigues lo que quieres te sientes realizado, pero entonces te das cuenta de que ahora que ya lo tienes no es tan perfecto como esperabas. Incluso puede que quieras volver a la etapa en la que tenias que luchar por ello.
Y entonces descubres que echas de menos todo el esfuerzo que costo algo importante, que no eres capaz de dormirte sin pensar en como será tu futuro cuando llegues a ser quien sueñas ser. Tampoco tienes ganas de levantarte, y te encantaría que te despertaran con una guerra de besos que nunca llegó, y que hubiera alguien como en su momento lo hubo, que fuera capaz de parar el mundo solo por cruzar una mirada.
Te paras a pensar y por primera vez valoras las cosas como deberías haberlo hecho, y cierro los ojos para poner la frente plana y soñar con algo que no tiene sentido.
La verdad es que cada día se aprende algo nuevo, y yo he aprendido que aunque no pueda presumir de ser el más feliz del mundo, mañana hará que hoy sea solo ayer, y tendré una nueva oportunidad de sonreír y de valorar cada pequeño detalle para luego poder conseguir un gran objetivo.
Qué linda tu entrada!, tienes mucha razón con lo que dices :).
ResponderBorrarxoxo
silviajani.blogspot.com