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Hijita de Papá



Separado tenía este pequeño espacio, donde expreso emociones, relato experiencias, y me dedico a mostrar parte de mi lado irónico y desentendido. No quería finalizar el mes con una sola entrada, y que mejor día, que el último viernes del mes para escribir una mas.

Podría contar otro suceso, y hacer referencia a mi valentía en dichos momentos, pero prefiero narrar una anécdota poco común, ocurrida recientemente  de la que creo que se puede aprender, o como mínimo evocarla con cierta peculiaridad.

Íbamos por el pub 940 el trío de muchachos que solíamos juntarnos 20 de las 24 horas del día, sin ningún tipo de intención más allá que la de tomar un par de tragos y soltar una que otra risa. Era una noche cálida, que a priori no prometía nada, pero que escondía algo. A medida que iba avanzando, ya sea por el alcohol, nuestra motivación interna, o algún fenómeno que no alcanza a mi comprensión, nos animamos, y bastante.

Total que llegó el momento de preguntarse "¿esta es una noche para buscar mujeres interesantes?", pregunta a la que los tres respondimos que sí. Y objetivo encontramos, pues divisamos tres bellas chicas disfrutando de su propia amistad, y cómo no, del alcohol. También he de añadir que un Don Juan Tenorio de la noche, ya se nos había adelantado, pero nos importó poco, ya que su éxito fue tan grande como el resultado de la selección peruana en las últimas fechas.

Planeando la estrategia, me tocó a mí hacer el papel de hombre  enganche, y ya puestos intenté innovar en las diferentes técnicas de seducción (que no revelaré aquí), aunque el resultado no fue el del todo esperado. No obstante entablé una conversación algo duradera con una de las muchachas, que sin ninguna duda era atractiva. La tensión sexual se palpaba en el ambiente, y no era difícil adivinar que dicha mujer buscaba ciertas cosas, como me reveló en algún momento de la conversación, sin embargo quise ir más allá, y un cofre vacío encontré en vez de un tesoro. De hecho, su presentación como mujer con excesiva experiencia sexual me impactó, cuanto menos.

Imagino que por el alcohol, la mujer en cuestión empezó a contarme su vida y diferentes sucesos de la misma, queriendo dar una imagen de chica privilegiada y superior a cualquier ser vivo, bastante lamentable por su parte. Primero me reveló que estaba enamorada de un hombre que realmente respetaba a las mujeres, posteriormente que su relación con su padre era extraña ya que él le ofrecía todo tipo de caprichos y ella se dedicaba a negárselos y demostrarle que podía ganárselos con el sudor de su frente, y por último a decirme que todos los seres vivos humanos y varones, excepto una ínfima minoría, eran auténtica bazofia. ¡Ah! Se me olvidaba comentar que me aseguró haber tenido miles de experiencias sexuales de todo tipo. Era algo excesivamente creíble visto su físico, pero me generaba mis dudas, vista su forma de actuar.

Yo estaba en un estado pasota, dicha mujer había perdido atractivo al abrir la boca, y en esos momentos ya me parecía hasta despreciable, pero decidí seguirle el juego. No tenía otra cosa que hacer en la noche, vista la cara de mis colegas que reflejaba un bonito: POR FAVOR VÁMONOS A CASA.

Total que me lancé al vacío y le hice una pregunta con trampa: ¿Si todos los hombres que conoces salvo honrosas excepciones son bazofia, en que grupo estoy yo? Su respuesta fue razonada, pero me impactó bastante. Obviamente ante tal nivel intelectual y de clase alta, yo era de la bazofia, pero por mi actitud de falta de respeto a las mujeres. Ante tal razonamiento superior a mí me vi obligado a sincerarme y revelarle que había empezado a hablar con ella para ver si era interesante, pero que visto su carácter de ser superior cada vez me parecía menos atractiva. Su reacción fue bastante esperada, con un: ¡¡chicas creen que soy una hijita de papá!! Sus amigas, respondieron con una mirada de pudor, cansancio y paciencia a la vez. Y al volver a dirigirme la palabra, lo arregló con un: ¿pero tú qué te crees? Que yo he tirado mucho. Creíble y probablemente cierto, pero decirlo de nuevo en ese momento, cosas del alcohol, deduzco.

Por último, antes de llegar ha convertirme en un hombre irrespetuoso con las mujeres, decidí cortar por lo sano, y despedirme caballerosamente, craso error, porque fue algo aún más espectacular. "Ya nos veremos algún día, y te deseo que seas feliz en esta vida". Su contestación fue abrumadora:

-Un momento, tú no te vas, yo no paso el ridículo de que un tipo me diga que sea feliz en esta vida para despedirse, y menos uno que acabo de conocer.

Ahí me desmonté y me planteé seriamente qué hacía hablando con dicha mujer. Así que finiquité la situación con un sencillo:

-Pues lo estás pasando.

Desaparecí, me uní a mis amigos, y nos esfumamos.

Fue una experiencia enriquecedora a nivel psicológico, ya que jamás conocí a una mujer tan peculiar, y con un nivel de prepotencia tan alto. Eso sí, aprendí que esta sociedad sigue siendo una sociedad de clases, y que sólo puedo ser de clase alta o bazofia. Sin ninguna duda elijo ser bazofia, tener la mente en el sitio, y vivir esta vida tan corta con sus pequeños y grandes placeres, además de evitar tener prejuicios que me impidan disfrutar de todos los placeres de la vida. Les deseo a todos mis lectores un excelente fin de semana. ¡Ah! Y también a las hijitas de papá, que alguna conozco, bastante más normal, y simpática.

PD: como broma para el asunto, tiene mi número de móvil. 
Francamente, espero que no me llame.

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